Myanmar ¿militares con miedo a la democracia?

Revista The Lobby
5 min readNov 16, 2021

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Escrito por Marcela Mariño, estudiante de Ciencia Política de la Universidad de los Andes y miembro del equipo editorial The Lobby.

El video que se hizo viral de la mujer haciendo aeróbicos en Myanmar, antes conocido como Birmania, mientras detrás de ella se estaba llevando a cabo un golpe de Estado por parte de los militares de dicho país, deja uno de los precedentes más importantes del 2021 y mucho de qué hablar. Pues este hecho dirige a Myanmar a una nueva dirección sobre lo que será la democracia en este país ubicado en el sudeste asiático. No obstante, esta no es la primera vez que sucede que los militares están en el poder. ¿Hasta dónde piensan llegar los Militares con el control del poder y qué significa este golpe para la democracia de Birmania?

CONTEXTO

Birmania, independizada del Reino Unido en 1948, estuvo en una dictadura militar entre 1988 y el 2010 donde cualquier manifestación o intento de los ciudadanos por querer un régimen nuevo era reprimido brutalmente u opacado con elecciones fraudulentas donde los militares ganaban por “elección popular”. El 2007 fue el año en el que empezaron protestas masivas para la restauración de la democracia. Estas, sumadas a la gran acogida nacional e internacional que tuvieron, y al mal accionar y manejo del gobierno después de la catástrofe ocasionada por el ciclón Nargis en 2008, ocasionaron que se implementaran elecciones legislativas donde, oh sorpresa, ganó el partido impulsado por los militares.

El Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (o el partido Militar, conocido así en el bajo mundo), siguió ganando en todas las elecciones que se hacían en el país ­ — a mi parecer ilegítimamente, pero quién soy yo para juzgar — hasta noviembre de 2020 donde la candidata del partido opositor Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz, llevó una campaña con un discurso democrático para ser la jefa de Estado. Elecciones en las que, por fin, ganó alguien que no pertenecía al partido Militar. La victoria de Suu Kyi y su partido llamado la Liga Nacional para la Democracia (LND) obtuvo un 82% de los votos, según el Comité Electoral de Myanmar. Tanto así que los Militares quedaron asombrados de perder hasta en los lugares donde tenían por asegurado su victoria y un “gran” número de seguidores.

Estos resultados, para mí, son un reflejo de lo débil que fue la apertura democrática por parte de los militares, debido a que las elecciones siempre estaban partidos influenciados por los militares o sus resultados eran manipulados. Y en el momento en el que llega una candidata que tiene una gran acogida por la sociedad, y demuestra que puede cambiar el sistema hace temblar al gobierno actual y lleva a tomar acciones en las que se evidencia que el principal objetivo de los Militares nunca fue la democracia.

GOLPE DE ESTADO.

Debido a la masiva y arrasadora victoria del partido opositor, los militares no estaban muy satisfechos. Por lo que unos días antes de la posesión de Aung San Suu Kyi en febrero, decidieron tomar ellos la justicia y la “democracia” por sus propios medios, llevando a cabo un golpe de Estado con el que claramente ellos podrían seguir en el poder. La justificación de ellos para tomar esta decisión fue argumentar que las elecciones no habían sido justas ni transparentes y había fraude electoral. También alegaron por una acción de Suu Kyi acerca de haber cometido genocidio contra el grupo étnico de Rohingya. Frente a este hecho no hay mucha claridad, pero por lo que le reclaman a Aung San Suu Kyi es por su mala gestión y silencio frente a este acto ya que ella lucha por los Derechos Humanos.

Al momento de los militares llegar otra vez al poder — si es que alguna vez lo dejaron — declararon al país en Estado de emergencia y presumen que dentro de un año se llevarán a cabo elecciones justas. A mi parecer, los militares usarán este año para reformar su partido y en los que tiene influencia, para cambiar a sus candidatos y poner nuevas caras como líderes de estos, y así en las elecciones del 2022 puedan volver a ganar “democráticamente”.

ACTORES INTERNACIONALES Y SU PODER SOBRE MYANMAR/BIRMANIA

Los actores internacionales juegan un gran papel dentro de esta crisis, debido a las posturas que puedan tomar para poder restaurar la democracia.

La Unión Europea y la ONU rechazan por completo el acto cometido por el ejército. Rusia, los países occidentales y vecinos de Birmania aún no han tomado una posición contundente frente a lo ocurrido, se cree porque están viendo cómo pueden sacar ventaja de la situación. No obstante, Tailandia ya está tomando cartas en el asunto y animando a otros países asiáticos para unirse y poder derrocar a los militares. No sé sabe cómo, pero esperemos que no sea como la amenaza realizada por Duque a Maduro.

Pasando a los países con más poder e influencia sobre Myanmar están Estados Unidos y China, los dos ya declararon total rechazo a las acciones de los militares.

Pero ¿qué más pueden hacer los países además de decir que no están de acuerdo para retomar la democracia? El camino más sencillo, desde mi parecer, para que los militares pierdan poder y no tengan otra opción más que dejar libre a Suu Kyi es hacer bloqueos económicos, donde los países se nieguen a exportar o importar productos de Myanmar. No obstante, no se sabe cómo esto pueda afectar la economía de otros países.

Por otro lado, Joe Biden, en cabeza de Estados Unidos, ha amenazado con sanciones y pidiendo que todos los países se alcen en una sola voz para que los militares cedan inmediatamente. Ya se sabe que todos los países unidos tienen una gran influencia sobre un país que está en crisis y donde la mayoría de sus habitantes se están manifestando en contra de su gobierno.

Finalmente, se puede evidenciar que los militares nunca tuvieron en mente dejar en el poder a alguien que no fuera ellos mismos, eso demuestra lo frágil o inexistente que es su democracia y como el poder puede volver corrupto a las personas, tal como decía José Saramago en 1993 “La democracia se ha convertido en un instrumento de dominio del poder económico y no tiene ninguna capacidad de controlar los abusos de este poder”. En todo caso, solo falta ver cómo los demás países occidentales reaccionan y esperar más presión por parte de la comunidad internacional sobre Birmania para así poder dar un paso hacia la democracia o algo similar, porque los militares están en casi todos los escaños del parlamento, por lo que cualquier reforma de la Constitución también sería difícil. Solo queda por decir, fuerza al pueblo de Myanmar en su lucha.

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