Los verdaderos dueños del fútbol: corrupción, dinero y gloria.
una columna por: Daniel Rodríguez, estudiante de Ciencia Política
El fútbol, sueño de muchos, anhelo de algunos y logro de pocos. Deporte que ha logrado paralizar al mundo entero alrededor de un balón, también, un estilo de vida.. Qué bello sería hablar de fútbol, dedicarme a hacer un análisis del próximo mundial, el fin de una era. Pero me es imposible, y no por decisiones editoriales, es más por algo de ética; lo que pasa es que no puedo sentarme a ver un partido y no pensar en la podredumbre de la dirigencia futbolística, los carteles y delitos que han hecho del deporte más feliz del mundo, un negocio sin alma.
Empecemos por la organización más grande, la FIFA. En 2015, la fiscalía estadounidense ordenó la captura de al menos nueve dirigentes del máximo órgano futbolístico por recibir cerca de 150 millones de dólares, los cuales tendrían como fin asignar a dedo contratos de publicidad, sedes de torneos y derechos de transmisión en Norte América, Sudamérica y posteriormente en todo el mundo. Todo este escándalo se conoció con el nombre de FIFA Gate, en una investigación que a día de hoy está en curso.
Aunque hablamos de un caso de hace más de seis años, no deja de ser cuanto menos curioso que el mundial de este año se vaya a hacer en territorio Catarí luego del pago de supuestas coimas para seleccionar escenarios de torneos. El país tiene muchos problemas que hacen dudar sobre si en serio fue una decisión correcta, un lugar sin historia futbolística, jugadores que no son reconocidos a nivel mundial, una liga prematura y poco conocida, y lo peor de todo, con pocos escenarios deportivos, pues, para el mundial al menos cinco estadios fueron construidos desde cero, única y exclusivamente para la cita orbital. A simple vista no parece ser que haya algo raro, sin embargo, no deja de ser llamativo que este tipo de movimientos se den justo cuando los países de esa región del mundo están buscando diversificar sus fuentes de dinero, prueba de ello está en los ríos de dinero que se han gastado invirtiendo en equipos alrededor del mundo; sumas astronómicas que se pagan por jugadores y en donde radica uno de los problemas del fútbol, es muy fácil entrar al negocio teniendo dinero y muchas veces sin que importe la procedencia. Aquí en Colombia sabemos de eso, pues la pasión de los narcos de los ochenta y noventa se traducía en goles y trofeos nacionales e internacionales, ya hablaremos de los tentáculos corruptos en Colombia.
Ahora, más allá de la designación del lugar y lo legítimo o no que puedan llegar a ser los alegatos (que los hay) acerca de la compra de los votos necesarios para designar la sede, hay algo que hace ruido. Hay una avalancha de críticas por parte de organizaciones como Amnistía Internacional que alertan sobre la explotación a la que se ven expuestos los trabajadores que construyen los estadios en Qatar; se habla de amenazas, trabajo forzoso, pésimas condiciones de vida, trato discriminatorio a migrantes, salarios diferentes a los acordados y retraso en el pago de los mismos, pero sobre todo los muertos que se cuentan por miles. Ante todo esto hay un silencio cómplice por parte de los la comunidad internacional que callada con fajos de billetes petroleros prefiere seguir recibiendo dinero antes que alzar una voz de protesta contra los malos tratos, caso parecido al de la FIFA que mientras tanto, y a costa de atrocidades, recibe una jugosa tajada, réditos altísimos que llegan a los dirigentes que se desviven por el dinero mientras la pelota se mancha.
(Recomiendo leer el informe de Amnistía Internacional titulado: “Qatar, la copa mundial de la vergüenza”. https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2016/03/qatar-world-cup-of-shame/)
No es la primera vez que esta entidad se ve envuelta en escándalos como estos, solo basta recordar episodios como cuentas en paraísos fiscales o el lavado de dinero en el cual la FIFA hizo parte activa encubriendo el lugar de procedencia. Ahora, otro hecho bochornoso se enmarca en el manejo que la entidad le ha dado al tema del conflicto Ucrania — Rusia en el mundo del fútbol. Las represalias que se le ha dado a la selección Rusa y los clubes de la misma liga han sido excesivas e incongruentes; se da el mensaje de que todo el fútbol Ruso es cómplice de Putin aunque no fuese así, esto viola un principio fundamental que tiene la misma FIFA: la pelota no se mancha con política. Me explico, no quiero decir que se tiene que hacer caso omiso al tema, sin embargo, hay que entender que lo extra futbolísticos no siempre tiene incidencia en el mundo deportivo, por ejemplo, ¿cuál era la necesidad de sacar a la selección Rusa de los play off de repechaje para el mundial? ¿acaso los jugadores de la selección empuñaron las armas o dieron las órdenes? Debo hacer la aclaración de que estoy de acuerdo con haber cambiado el lugar de la final de la Champions League (que originalmente se iba a hacer en San Petersburgo) o las sanciones a la publicidad de la empresa Rusa Gazprom. Pero cosas como eliminar a clubes de torneos arbitrariamente o a la misma selección no tienen, para nada, una razón de ser. Si querían dar un mensaje entonces ¿por qué no posponer el mundial a modo de protesta?, al menos, hasta que se llegue a un cese al fuego. Sencillo, el dinero no se toca para ellos. Deciden ignorar que empresas Rusas y dinero petrolero se va a ver envuelto en la lógica económica del mundial y eso, no están dispuestos a tocarlo. Lastimosamente, no veo las mismas represalias a países que van a participar y tienen graves denuncias de violaciones a los Derechos Humanos (como el propio país anfitrión).
Por otro lado, es necesario poner especial atención al tema si no queremos que el deporte más popular del mundo se privatice al punto en el que no se pueda jugar ni en los barrios, como les gustaría a “verdaderos dueños del fútbol”, porque sí, hay unos verdaderos dueños y no somos nosotros los hinchas. Así lo afirmó el presidente de la federación Colombiana de Fútbol que con cinismo sacaba pecho de una gestión con pésimos resultados… Bueno, pésimos resultados futbolísticos, porque a él que es un corrupto, le ha ido muy bien con la reventa de boletas. Para dar contexto, en las eliminatorias para el mundial Rusia 2018 la SIC encontró irregularidades con la venta de boletas para los partidos, para no alargar mucho la historia, se encontró que los dirigentes de la FCF incurrieron en una práctica tramposa y sancionable a la que se le bautizó como “el cartel de la reventa de boletas”, por ello tuvieron que pagar una sanción y están enfrentando un caso judicial por lo mismo; caso que, dicho sea de paso, está engavetado por la procuradora, quién anteriormente trabajó en la federación. Pese a todo esto Jesurum permanece contento en su cargo, y en Qatar, porque a pesar de saberlo la CONMEBOL se hace la de la vista gorda y lo sigue invitando a cócteles, viajes y lo sigue tratando de caballero mientras que en realidad es un criminal.
Eduardo Galeano nos dejó esta frase para la posteridad, que hoy, más que nunca, toma una relevancia casi profética: “La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable.” A casi siete meses del inicio del mundial hay más preguntas que respuestas y más engaños que certezas. Ya pronto empezará el espectáculo en las canchas mientras en las oficinas el partido es a otro tiempo y, claramente, a otro precio.