BTS y la K-diplomacia: reconfigurando los actores internacionales

Revista The Lobby
6 min readNov 18, 2021

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Escrito por Natalia Mendivil Franco, estudiante de Ciencia Política con Opción en Cultura y Lengua Italiana.

«Si creemos en las posibilidades y la esperanza, aún cuando ocurran cosas inesperadas, no perderemos la ruta sino que encontraremos una nueva»

Kim Namjoon, líder de BTS.

En 2018 un boygroup coreano fue invitado a la asamblea general de la ONU para dar un discurso dirigido a las futuras generaciones. Poco sabía este grupo del impacto que generaría su discurso en la juventud mundial y la trascendencia que tendrían sus actos para la política coreana e incluso para la política internacional. Bangtan Sonyeondan o BTS, como prefieran llamarlos, es el nombre del boygroup que revolucionó la Naciones Unidas y que tres años más tarde fue designado como enviado presidencial para las futuras generaciones y la cultura, un título que transforma. BTS no solo es un grupo musical con una fuerte influencia dentro de la industria y el comercio del entretenimiento, sino también la nueva cara de la diplomacia global y la inclusión de actores novedosos a la dinámica internacional.

En su primer discurso ante la ONU, BTS dio un mensaje de esperanza basado en el amor propio y la autoestima. Su principal objetivo era promover la campaña de Love Yourself, diseñada para inspirar y crear conciencia sobre la importancia de amarse a sí mismo. Namjoon, Seokjin, Yoongi, Hoseok, Jimin, Taehyung y Jungkook (miembros de BTS) entraron a la ONU con una aparición que logró poner en la mira de las organizaciones internacionales y el gobierno la importancia de la influencia que como grupo han construido. Tras esta aparición ante la institución más importante del sistema internacional, BTS se convirtió en el aliado principal del presidente Moon Jae-In no sólo para promover la imagen positiva del país ante el mundo, sino también para acercarse a las nuevas generaciones y promover su política de juventud. En septiembre de 2019, BTS fue invitado de honor en la ceremonia del Día de la Juventud en Corea del Sur. Más adelante en septiembre del 2020 dieron un breve discurso en asociación con la UNICEF titulado “Let’s live on”, que pretendía alentar a los jóvenes en medio de la difícil situación desatada por la pandemia. Finalmente, el 14 de septiembre de este año el presidente Moon Jae-In nombró a los siete miembros de BTS como enviados presidenciales para las futuras generaciones y la cultura, les otorgó pasaporte diplomático y los recibió en la Casa Azul (residencia presidencial) para delegar las responsabilidades como enviados ante la ONU.

Ahora bien, lo trascendental de esta particular decisión recae en el tinte político que existe en la industria del K-pop. En primer lugar, es necesario entender que el K-pop surgió como un proyecto del gobierno surcoreano para mejorar la percepción a nivel internacional del país asiático, atraer inversión extranjera y tener aceptación y reconocimiento en el sistema internacional. Casi 25 años más parte, la política del K-pop se mantiene aunque con objetivos distintos. La necesidad de atraer a la juventud a los proyectos políticos y gubernamentales ha hecho que los idols del género musical adquieran trascendencia en estos espacios, no en vano BTS ha sido nombrado en múltiples ocasiones como embajadores de buena voluntad para la juventud y han sido abanderados de campañas que tienen como principal público a los jóvenes. Las generaciones futuras son parte fundamental de la visión global de la ONU y la construcción de sus planes para el futuro, y son precisamente estas generaciones las que se planea impactar con la inclusión de grupos como BTS en la discusión de temas como los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), derechos humanos y cooperación internacional.

Más allá de eso, las organizaciones internacionales han reconocido el impacto que tienen los fandoms (grupos que siguen a los idols) en el activismo y la movilización social en momentos de coyuntura. En la cultura fandom se ha hecho común la construcción de campañas filantrópicas que se dirigen en nombre de idols con el fin de demostrar el compromiso que tienen como comunidad en la reproducción de buenas prácticas y activismo. Su participación en movilizaciones como Black Lives Matter (BLM), movimientos a favor de la conservación medioambiental y los derechos humanos han llevado a financiar campañas y proyectos filantrópicos como por ejemplo las donaciones a organizaciones que apoyarán mujeres en Afganistán o su ciberactivismo y los 2 millones de dólares donados en el marco de las protestas de BLM, entre otras actividades. El mundo del k-pop ya no se limita a la producción y comercialización de música, sino que el poder activista y político de los grupos y sus fandoms se ha convertido en parte de la identidad de los idols y sus fans atrayendo la atención del mundo, y convirtiéndolos en actores fundamentales para la nueva diplomacia global.

En un entendimiento clásico de las Relaciones Internacionales (RRII) era imposible concebir actores distintos a los Estados dentro de las dinámicas de poder y diplomacia. No obstante, la globalización ha reconfigurado la estructura social y política a nivel internacional, permitiendo la creación de identidades compartidas, nuevos intereses y redefinición de fronteras. La nueva generación, o generaciones futuras, como nos denomina la ONU, cobra relevancia cuando son ellas mismas las que lideran estos procesos de integración y globalización. El K-pop a través de su impacto global ha puesto los ojos del mundo no solo sobre Corea sino también sobre la capacidad de organización y articulación de quienes siguen este género. Nombrar a BTS como enviados especiales ante las Naciones Unidas no es solo una jugada maestra de Corea para fortalecer su diplomacia y visión positiva ante el mundo, sino también una estrategia desde las organizaciones internacionales para atraer a las nuevas generaciones al activismo y defensa de los proyectos globales. Esto implica que la visión clásica de las RRII ahora debe contemplar actores como BTS y ARMY (el fandom de BTS), que cobran cada vez mayor relevancia en la estructura internacional por su impacto social y político, y la capacidad de integrarse a pesar de las fronteras territoriales, para así movilizar a los jóvenes en temas de interés mundial como los derechos humanos o la cooperación internacional.

La diplomacia global dejó de ser un tema de interés únicamente de los Estados y se convirtió en un asunto que ahora incluye a sectores como la industria musical. La reconfiguración de estas relaciones de poder pone sobre la mesa la importancia de la agencia juvenil a través de las nuevas formas de activismo y movilizaciones que se han construido alrededor de su identidad de fans, y reconfigura los actores que intervienen en la diplomacia y la política internacional. El K-pop dejó de ser una herramienta política coreana para convertirse en una herramienta global y en el mejor aliado de las organizaciones internacionales para promover el activismo y el compromiso con los planes a escala global. El papel de BTS como diplomáticos especiales de Corea del Sur es solo el comienzo de una ola de transformaciones en la organización del sistema internacional, sus prioridades, su agencia y sus actores. La música trasciende fronteras y ha demostrado que es capaz de cambiar el mundo e incluso la política a través de una de las industrias más poderosas de la actualidad. Las generaciones futuras son la nueva prioridad en la estructura internacional, y la K-diplomacia, como a mí me gusta llamarlo, es el inicio de la transformación en la nueva forma de entender las Relaciones Internacionales y la integración a nivel global.

Cause we don’t need permission to dance- BTS.

Glosario de términos

Idol: Término usado para describir a un artista o grupo musical de Corea del Sur firmado bajo una agencia de entretenimiento de dicho país.

Fan(s): Es una persona que siente admiración (por una obra de ficción, cantantes, series, películas, etc.) y que se hace llamar como un fan o admirador.

Fandom: Término de origen anglófono que hace referencia al conjunto de aficionados de una persona o fenómeno en particular.

ARMY: sigla que traduce Adorable Representative M.C. for Youth, y es el nombre adoptado por el fandom de BTS.

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Somos la revista de estudios globales de la Universidad de los Andes.

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